Cuando uno se enfrenta a una enfermedad compleja como una enfermedad del corazón, es importante encontrar al especialista más indicado. Un diagnóstico de enfermedad cardíaca o vascular a menudo comienza con el médico de atención primaria, quien deriva al paciente a un cardiólogo. El cardiólogo evalúa los síntomas y los antecedentes médicos y puede recomendar estudios que permitan realizar un diagnóstico más preciso. A continuación, el cardiólogo decide si puede tratar la enfermedad él mismo con medicamentos u otros tratamientos disponibles. Si el cardiólogo decide que el paciente necesita cirugía, lo derivará a un cirujano cardiovascular, quien se especializa en operaciones del corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos. El paciente permanece bajo el cuidado del cardiólogo incluso cuando es derivado a otros especialistas.
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